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SANTO DOMINGO. Desde la prensa internacional llegan las informaciones sobre los aprestos que hace Nicaragua, junto a la empresa china HKND Group, para construir el Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, que con una inversión de US$40,000 millones, uniría a los océanos Atlántico y Pacífico en una segunda versión del archifamoso Canal de Panamá, que cumplirá 100 años en 2014, y está sometido a un proceso de ampliación.
La idea, vista desde lo lejos, parece atractiva, pero el diputado de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Pedro Joaquín Chamorro, sostiene que el tratado Ortega-Wang Jin, aprobado hace seis meses, y que sustenta el proyecto, es lesivo a la soberanía de Nicaragua, "porque da amplios poderes a un inversionista desconocido sobre una franja de 280 kilómetros del territorio nacional, en donde no aplica la ley nicaragüense, y el inversionista, bajo el pretexto de que va a construir un canal, podría incluso invocar la presencia de tropas extranjeras en dicho territorio, ya que Nicaragua ha renunciado a su soberanía durante 100 años en la franja donde pasará el canal".
En el artículo "¿Por qué nos opusimos al Tratado Ortega-Wang Jing?", Chamorro considera que con esta ley, se estaría "formando prácticamente un enclave extranjero dentro del territorio nacional".
Asimismo, destaca que de acuerdo a esta ley, las reservas del Banco Central de Nicaragua pueden ser embargadas ante cualquier inconveniente que tenga el inversionista a lo largo de los años. "Es decir, el Estado de Nicaragua se está hipotecando con la inversión del canal, mientras el inversionista no corre riesgo alguno y únicamente deberá 'procurar' (no está obligado) entregar al Estado de Nicaragua 'hasta' (puede ser menos) diez millones de dólares los primeros diez años de operación", comentó.
Otra de las razones que esboza para rechazar el megaproyecto es que "el inversionista HKND Group podrá expropiar todas las tierras que estime conveniente y pagarlas a valor catastral a lo largo y ancho de los 280 kilómetros que tendrá el canal, lo cual es violatorio a la Constitución y podría devenir en una nueva guerra civil en nuestro país cuando se comiencen a dar estas expropiaciones masivas a miles de nicaragüenses sin un pago justo, lo que equivale a una confiscación, que están expresamente prohibidas en el artículo 44 de nuestra Constitución".
Pero según Chamorro, desde el punto de vista medioambiental, el proyecto del canal se llevaría también al lago Cocibolca, el más importante de Nicaragua, pues todas las rutas trazadas, lo impactan.
Para el diputado -que votó en contra- el proyecto fue una "iniciativa inconsulta y aprobada a matacaballo". "La ley que aprueba la concesión fue aprobada de manera inconsulta con la ciudadanía y desoyendo las voces calificadas con el Dr. Jaime Incer Barquero, el Centro Humbolt y el CIRA, sobre los gigantescos riesgos ambientales que implica, particularmente para el Lago Cocibolca. De tal manera que en 48 horas pasó por la Asamblea Nacional y al día siguiente fue firmado el acuerdo de manera sospechosamente expedita. Para el proyecto de la ampliación del Canal de Panamá, que es un proyecto de mucho menor envergadura que el Gran Canal por Nicaragua, el gobierno del ex presidente Martín Torrijos pasó cinco años haciendo los estudios, y finalmente realizó un referéndum para preguntarle al pueblo panameño por su aprobación o rechazo".
En otro artículo publicado en el diario La prensa de Nicaragua, bajo el título "¿Qué hay debajo del Gran Canal?", Chamorro alude que detrás de la construcción del canal podrían estar las manos del gobierno de la República Popular China, ya que la empresa estatal China Railway Construction Corporation (CRCC) fue contratada por la firma ganadora de la concesión, HKND Group, para hacer los estudios de viabilidad inicial del proyecto.
"Ante los ojos de cualquier buen observador, por lógica elemental, eso sería indicativo de que el Gobierno de la República Popular de China efectivamente está detrás del megaproyecto, o que al menos el señor Wang Jing, quien ha tenido una 'tremenda suerte' al lograr firmar de forma vertiginosa con el presidente Ortega un convenio hecho a su imagen y semejanza, también tiene muy buenas conexiones dentro del Gobierno", señala en el artículo.
El anhelo nicaragüense de tener un gran canal interocéanico en su territorio tiene más de 100 años, ya que inicialmente Estados Unidos pensó en este país cuando se planteó unir a los océanos Atlántico y Pacífico, pero luego se decidió por Panamá.
El proyecto aprobado por el congreso nicaragüense y promulgado por el presidente Daniel Ortega, incluye además proyectos libres de impuestos, incluyendo puertos en las costas Pacífica y Caribe de Nicaragua, un oleoducto que atraviese el país, una vía ferroviaria para transportar carga, dos zonas de libre comercio y un aeropuerto internacional.
Desde el gobierno, se espera que el proyecto comience el próximo año.
via:www.diariolibre.com.do
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