Un discreto pero agudo analista expresó, que antes se forzó la separación de las elecciones para evitar arrastre, y se consiguió; que luego esos mismos sectores propugnaron por volver a juntarlas para evitar campañas cada dos años, y se logró, y después, parte de esos mismos sectores alientan la escogencia de candidatos dos años antes de las elecciones, sea nuevo, para que vuelva, continúe o no pueda retornar, lo que puede influir en que los líderes lo interpreten como duda a su eficacia o coacción su libre determinación. Y como desde fuera las cosas pueden verse diferente, hay que ser cuidadoso, pues muchos líderes, aunque no lo manifiesten, saben determinarse libremente.
Porque los verdaderamente libres son los que adquieren su dominio, no sobre el universo, sino de sus actos. El ser humano debe enseñarse a sí mismo y a los demás, el buen uso de la libertad. Porque si la libertad se encuentra restringida por las relaciones sociales, no es atacada en su base, y cuando un poder limita con exceso esa libertad, se vuelve tiránico.
El deber es, de hecho, la conquista de la libertad y la conquista del mundo. La exaltación progresiva. El impulso hacia lo mejor. El florecimiento continuo del objetivo. “El deber, antes de imponerse desde afuera por mandamiento o por ley, se impone desde adentro como la ley del ser ávido de crecimiento. Como la ley del espíritu, ávido de afirmarse; como la ley de la libertad en vías de perfección”.
La conciencia no basta. Es necesario agregarle la eficacia. Mucha gente bien intencionada ni llega a nada ni resuelve nada. La eficacia requiere ante todo la objetividad. El secreto del éxito en la acción, es el sometimiento al objeto. El hombre eficaz es siempre a la vez estratega y táctico. Ve de lejos, vive hacia adelante, capta los grandes conjuntos, emplea los medios adecuados, se sitúa en el desenvolvimiento histórico, y toma precauciones.
El hombre eficaz no teme al fracaso, aunque haga todo lo posible por evitarlo. Los fracasos aportan más a la formación que los éxitos. Gracias a los fracasos del ayer, se podrá tener éxito en el mañana. Nada grande puede realizarse con poco esfuerzo y en unos días. El hombre eficaz acumula poco a poco, medita, tarda en decidirse, y lo hace en el momento conveniente.
Como leí hace tiempo: El que tiene verdadera responsabilidad es el que tiene conciencia de que se determina, mucho más cuando se haya liberado de sus pasiones íntimas y de las presiones exteriores. “Se prepara para todo momento. Cada día se forma mejor en vista de sus nuevas oportunidades. Ve con amplitud y decisión a la vez. Todo le sirve, todo es un aporte. Entre ignorantes, sabe; entre indecisos, quiere; entre cobardes, no floja”.
Quiere lo bueno o lo que le conviene. Y como tiene necesidad de ello, cuando siente que lo quieren privar o limitar, se lanza ferozmente sobre ese objetivo aunque lo encuentre adulterado.
via:hoy.com.do
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