Han bajado las tensiones

FUERA DE CÁMARA

Compartir este artículo César Medina lobarnechea1@hotmail.com En este momento hay mucha crispación entre República Dominicana y Haití... Por eso es oportuno el esfuerzo de la diplomacia buscando fórmulas inteligentes que atenúen las diferencias instigadas por grupos radicales que quieren ver sangre en la arena. Del lado dominicano existe apertura al diálogo aún dentro de la protesta expresada la semana pasada por el canciller Andrés Navarro después de la agresión al Consulado en Puerto Príncipe y la quema de la Bandera Nacional. La situación se puso al rojo vivo, pero la tensión comenzó a ceder después que el Presidente Michel Martelly habló ñaún con la clásica imprudencia haitianañ, y apaciguó un poco la beligerancia mientras disponía seguridad policial en las instalaciones diplomáticas y consulares del otro lado de la frontera. Paralelamente, se permitió el paso de decenas de vehículos dominicanos cargados de alimentos, provisiones menudas y materiales de construcción retenidos por días en algunos puntos fronterizos cuando sus conductores fueron amenazados por hordas haitianas incontrolables. Al iniciarse esta semana, después de la reunión del canciller Navarro y su homólogo Brutus en Guatemala, ha bajado mucho la crispación extrema que en las últimas semanas activó la fábrica de rumores y provocó incluso un desmentido del Ministerio de Defensa sobre supuesta movilización de equipos de guerra, aviones y tropas en la frontera. La sangre no llegó al río ñque sigue crecido y lloviéndole en la cabezañ, porque la diplomacia dominicana desactivó con energía las intrigas internas y externas que acentúan una crisis que se ve llegar desde hace mucho tiempo. No hay buenos augurios...A pesar del esfuerzo de la diplomacia dominicana, no se vislumbran buenos augurios para el futuro inmediato de esta relación tormentosa. El problema tiene matices que subyacen en las acciones para controlar una avalancha migratoria que en los dos primeros meses del año obligó la devolución de 57 mil haitianos que intentaron ingresar ilegalmente. El gobierno haitiano no hace nada para evitar el flujo masivo de ilegales pero reacciona molesto cuando el Cesfront y los militares dominicanos los detienen en los puntos fronterizos o en zonas deshabitadas por donde intentan ingresar a este lado ilegalmente. Sus argumentos para soliviantar sectores de la sociedad civil haitiana sobre el predicamento de que en el país se les maltrata y persigue, es la forma hipócrita que han encontrado para protestar por el endurecimiento de las medidas de control fronterizo y también para exigir una prórroga del plan de regularización de extranjeros cuando venza en el próximo junio. Hay que ser tolerantes... Cualquiera se desvela pensando en la actitud que asumiríamos los dominicanos si en el caso de la relación con Haití la situación estuviera invertida, que la emigración fuera al revés, de aquí para allá. Para comprender a los haitianos sólo hay que preguntarse quién estaría dispuesto a morirse de hambre y de sed junto a sus hijos sabiendo que con solo atravesar una frontera porosa encontrará agua y comida... Seguro que la respuesta será siempre la misma: ¡Nadie...! Hasta los animales recorren decenas de miles de kilómetros buscando agua y alimentos, y van muriendo y reproduciéndose en emigraciones inacabables inducidas por el instinto. ¿Podemos evitar que los haitianos hagan lo mismo? La clave es que no sea necesaria esa emigración, como sugiere el canciller Brutus, si los haitianos son capaces de producir sus alimentos básicos. Pero es muy fácil decirlo... ... Mientras tanto, hay que actuar con cabeza fría. via:listindiario.com.do